¿Por qué el Coworking es mi mejor aliado en mi nueva etapa en la vida?

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Después de muchos años dedicados a la formación en varios centros de la comarca, sobre todo de Elda, las cosas empezaron a no funcionar muy bien a partir del año 2008, y no sólo en este sector…

Comenzaron tiempos extraños que pasaron a ser difíciles y complicados. La formación a desempleados y empresas pasó a ser un sector casi desmantelado por causas económicas y políticas y ya no significaba un medio de vida para mí.

Lo primero que se me pasó por la cabeza fue desplazarme a Alicante, la capital más cercana, en busca de un trabajo similar, con la esperanza que la oferta aquí fuera mayor.

Encontré trabajo, después de tocar muchas puertas a la antigua usanza, nada de emails ni redes sociales; hice muchos kilómetros currículum de papel en mano y conseguí trabajo como formadora.

Pero pronto me di cuenta de que esta nueva situación me estaba señalando un camino: CAMBIO.

Entendí, y no fue fácil llegar a esta conclusión, de que lo mejor era renovarme, no sólo cambiar de trabajo; adaptarme a los nuevos tiempos.

Difícil decisión porque significaba decir adiós a mi profesión, que por cierto era vocacional.

Alicante, como capital de provincia, me ofreció la posibilidad de asistir a talleres y cursos de todo tipo, estar en contacto con profesionales, gerentes y ex gerentes de empresa … desempleados como yo.

Aprendí mucho en este periodo y no solo de los formadores, ponentes y conferenciantes; también de los compañeros con los que me sentí muy acompañada porque si hay algo desolador, es estar en paro.

Comencé a plantearme la posibilidad de convertirme en profesional independiente, freelance… es decir, autónoma-eso que dije en su día que no volvería a ser– y cuando estaba convencida de que para ello tendría que irme a la capital y de que el talento y las nuevas ideas solo residen en las grandes ciudades; descubrí el coworking de la mano de Pbc Coworking.

Para una recién llegada al mundo profesional independiente con una gran necesidad de ideas, aprendizaje, conexión con otros profeisonales y empresas, flexibilidad… el descubrimiento del coworking fue justo la pieza que me faltaba.

La reconversión de un edificio empresarial como es Pbc en un centro abierto a los profesionales, empresas y emprendedores de la comarca es la mejor metáfora de adaptación a las nuevas necesidades y formas de trabajar que nos plantea la esta época.

Así que, tenía que probar eso del coworking qué era… y lo probé.

¿Qué me encontré en Pbc Coworking?

  • Talento por parte de los profesionales, empresas  y emprendedores que allí trabajan, que me mostraron que no hay que irse lejos para estar en contacto con nuevas ideas. Este talento es inspirador para mí y me activa todos los días.
  • Otros profesionales dispuestos a echarme una mano, a compartir sus conocimientos conmigo; ahorrándome tiempo y dinero buscando información y asesoramiento.
  • Han aumentado mis contactos profesionales, algo muy importante para alguien que como yo comienza desde cero.
  • Un centro que escucha mis propuestas. Es normal que cuando tienes una idea y la vives en soledad, el 99% de las veces pienses que es una locura, que no llegarás muy lejos… En un espacio de coworking, encuentras personas abiertas a escuchar cualquier idea o proyecto y asesorarte siempre desde un punto de vista positivo; importante en esta época en la que todo parece negativo.
  • Positividad. Es algo que se respira en el ambiente, no es tangible pero lo sientes y te inyecta buen rollo, ganas de hacer porque Hacer y no solo pensar forma parte de la filosofía coworking.
  • La posibilidad de volver a ser formadora. Pbc pone a mi disposición y a la de todos los profesores, coaches, formadores, profesionales de todo tipo y coworkers su aula de formación para impartir nuestros talleres y cursos.
  • Flexibilidad. Los centros de coworking son flexibles por naturaleza y disponen de diferentes tipos de cuotas según las necesidades de cada uno.
  • En esta nueva vida como freelance trabajando desde casa, compruebo cómo puedo pasar un día entero sin salir a la calle, en pijama y aíslada. Llega un momento en el que dejas de ser productivo y sólo echas horas. Los días que trabajo en Pbc soy más productiva, disciplinada incluso y cuando llego a casa sé que mi jornada ha terminado y me dedico a mis cosas.
  • La formación y los centros de coworking están íntimamente ligados, es normal que un coworker imparta un taller sobre su especialidad al resto de coworkers. Te aseguras el estar actualizado en tantas temáticas como empresas y profesionales hay en el centro.
  • Por supuesto, Internet, calefacción y aire acondicionado, salas donde reunirme con clientes, cocina, charlas alrededor de un café…  y aunque parezca que esté enumerando los servicios de un catálogo, no es así. Yo hice mis pinitos como freelance en la biblioteca  y tomando el café de media mañana en bares de la zona con Wifi… Al final, me salía más caro.

Son muchas cosas de mi vida que han cambiado; he experimentado un cambio de mentalidad importante respecto al trabajo y a la forma de desarrollarlo.

Estas nuevas prácticas se acoplan a la perfección a la filosofía coworking y esto que yo pensaba que solo podía ocurrir en las grandes ciudades, está sucediendo aquí, en el Medio Vinalopó.